Prometí a mí mismo que si iba a hacer un blog nuevo, iba a evitar todo post deprimente. Bueno, yo sé que en su generalidad no sólo el post sino que mi blog es vergonzoso.
Como sea, en post anteriores hice alusión a un importantísimo evento que ha marcado mi vida como fue el hecho de poner sin admisión a Benjamín. No soy quién se mete en problemas, ni siquiera los busco y generalmente cuando participo en este tipo de declaraciones soy ignorado. Por eso me di cuenta que podía decir lo que sea y finalmente a nadie le importaría.
Pero no, estaba equivocado. Después de todo, el pasado jueves por la noche me llegó un correo electrónico proviniente de Benjamín, quien amablemente me expone en puntos a manera de encisos, me dice que se ha decepcionado de mí como persona (uno más) y que no puede creer que no sé qué y que cómo pude haber sido tan pero tan loco por instar a mi computadora con 256 de ram a conectarse al messenger zumbidero nacional!
... ay, de veras que cómo le hago?
También me dijo que había una opción para desactivarlo. A la mera y el buen Benjamín en realidad quería decirme cómo desactivar los zumbidos y yo bien culero lo puse sin admisión.
Querido diario: Hay a quienes vale la pena enviarles un correo eximiéndose de responsabilidades, sin objetar culpa alguna y sin exponer arrepentimiento. Yo, afortunadamente, no soy uno de esos. Excepto, claro, para Benjamín. Te quiero beibi.
Del otro lado 7
-
Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años