me tienes andando despacio, a paso lento. como si me hubieras hipnotizado. lo que se conoce como arrastrar la cobija. por muy molesto que ésto resulte, lo veas por donde lo veas. porque igual siempre es lo mismo; coqueteos, sonrisas, besos, hierba, su ella, su piel. Luego la intermitencia del amor, el virus de lo mismo, la pena que padece de una inagotable elasticidad.
Lo que ya sabías pero te ocultabas. Como si fueras lo suficientemente inteligente para engañarte a ti mismo. Y un día por la mañana te dejará... y el café que era para dos ahora es para uno, el aroma de la almohada todavía desprende electrizantes descargas de su olor, de su sabor. Y una buena noche lo extrañarás tanto como para atormentarte con su regreso... y me voy a querer ver otra vez a tu lado, como si nada hubiera pasado.
y pasará. pero siempre lo vale, porque son instantes los que reina la tristeza de su partida, porque la tristeza desmenuzada no es más que un buen recuerdo hecho polvo.
Del otro lado 7
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Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años