Primeras impresiones

Iron Man (El Hombre Plancha, Paramount, 2010) es un fraude. Me cuesta trabajo encontrar más qué decir y evitar que esto no sea otro tuit más.

El elenco promete, más que nada esa Black Widow que ay nanita. Por ella lo valen dos películas seguidas donde Downey Jr. se interpreta a sí mismo. La última vez que pisé un cine fue en la del Herlock Sholmes, que ni mención le hice.

También tengo qué decir de los últimos discos de Jorge Drexler, Ismael Serrano y Fernando Delgadillo, personajes ilustres que, aunque no lo reconozca públicamente, igual voy sin pedos a un concierto. Menos al del pelón prehistórico del Delgadillo, porque va pura pinche groupie escandalosa.

Amar La Trama es eso que ya veníamos temiendo desde 12 segundos de inseguridad (¿oscuridad?), que después de Sea, Eco es lo más que ha dado el doctor. El disco en vivo es otro asunto. Pero tiene muchas cosas rescatables, una especie de nuevo rumbo que han encontrado las canciones de Drexler, aunque creo que su sigilo de médico tiene algo que ver en la sobreprotección de sus letras.

Serrano caga canciones y hace un disco cada fin de semana. No rozaré el tema de la calidad y la cantidad, porque es evidente que ha perdido mucha fuerza desde Naves ardiendo...

Delgadillo entregó un disco más por vigencia que por necesidad, si de eso se tratara se hubiera tomado más tiempo para hacerlo, porque lleva temas buenos pero no me gustaron para nada los arreglos.

Pero también es bien sabido que yo no sé lo que digo, me tambaleo en mis juicios como equilibrista de la contradicción y al rato voy a estar en el reencuentro de SEIMUS coreando todos sus temas.

Peatona II

Voy tarde al trabajo. Casi siempre voy tarde. A casi todos lados, casi con todos. Es tarde y más de media hora. Espero el tren que empuja con ira al que no alcanzé y que por supuesto que maldije. Va tarde, vamos muchos.

Al principio no iba mal, porque no alcanzé lugar más que en el vagón de las señoritas. Iba rodeado de pura nena con cara de confusión. Claro, venía un garrote entre pura chiquilla. Algunas guapas, otras no tanto. Era un paraíso de la linea 1, malabareando la tentación de perderlo todo.

Unidad Deportiva. Entra un caballero e invade la atención de las chicas, a decir verdad era un don que se veía aún más gañán que yo, así que no pude evitar sentir algo de envidia mientras nos aproximábamos a la cuna de miss tren ligero 2008: Santa Filomena. Y cumplió con las exigencias a las que la somete su nombre.

Era un portento de chica, pequeña, portátil. Portaba, también, unos shorts de esos que abundan en esta temporada. Cerca, muy cerca. Esos shorts pegan en primavera, pensaba. Mientras ella acercaba sus nalguitas ante la premura del espacio. Yo no tenía más opción que arrimarle el camarón o que el caballero de Unidad Deportiva me lo acercara. Pues estaremos en cuaresma, santa filomena. Y pega la primavera.

Me pegó a la altura del túnel que nos exhibe como peatones fenómenos. Y ya para llegar a la siguiente estación, le empezó a pegar mi primavera y mejor me bajé en washington. Lo bueno es que luego, en el otro tren, venían puras bigotonas.