A veces no queda de otra y hay que decir adios.
En situaciones anteriores yo me limitaba a desearles todo mal que pueda cargar su conciencia, que no durmiera y que le hiciera daño la comida. Pero ya no puedo, de una forma u otra, es un poquito difícil.
Así que decidí mejor perdonar pero igual es un poco difícil. A estas alturas, éste tipo de licencias están obsoletas. No por cuestiones morales, sino porque simplemente me caga que me pidan perdón cuando seguramente la volverán a cagar. No se puede uno mantenter así. Y a veces uno lo planea todo, lo que va a decir y lo que va a pasar. El momento en el que le des la espalda para encargarle al destino que de volverla a ver, se trate sólo de una casualidad. De algo fortuito.
Entonces me pareció que lo más adecuado a la hora de las despedidas es olvidar. De cualquier forma todo puede pasar.
Ya lo decía aqué célebre pensador de mediados de los setentas, Kevin Arnold:
"Situaciones desesperadas requieren soluciones desesperadas"
Del otro lado 7
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Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años
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