Pero vengo de leer un post catártico-laboral de Ani que mencionaba su frustración acerca de la emergente fuerza electoral gringa, la chaviza que se ha dedicado a ver tv y fundar su criterio en panfletos baratos, en usurpadas terminologías y discursos robados. Ella, por su parte, en un profundo deseo por erradicarlos, les da hasta por debajo de la lengua. Pero sí. Si yo fuera gringo, votaría por Obama. Obama es la onda.
No sólo tiene un nombre chistoso, posee un segundo nombre que hace memoria a ese infeliz irakí que ha escondido las armas de destrucción masiva en no sé dónde, Saddam Hussein, es morenazo de fuego y parece amable. Encima tiene un discurso que abre puertas y mantiene esperanzas (eso que al mundo se le extinguió): "Yes we can". No más.
Como algunos saben, me he vuelto lector de una revista cuyo nombre no mencionaré porque luego van a creer que disfruto de la metrosexualidad, pero en realidad se trata de un folleto cargado de buenas plumas, donde encontré un pedazo de frase que no tiene nada que ver con Obama, mas que él es el autor.
Los caminos del corazón son tan variados y mi vida tan imperfecta que no me siento cualificado para ser el árbitro moral de nada.
Él va a ser el próximo presidente del mundo.
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