Soy de las personas que se enamoran con extrema facilidad. Sobretodo cuando es algo que uno quiere. Ayer, mientras venía de casa de Juan Manuel, a la altura de la univa, se subió toda una horda de estudiantes de preparatoria. A mí, honestamente, me da miedo eso. Saber que tal vez yo entré como ellos, pero bueno... eso no importa.
La verdad es que subieron dos tres chavas bastante saprosas, pero eso en todos lados. Luego subió la que posteriormente se convertiría en mi compañera de viaje a la hora de transbordar. Me doy cuenta que mi blog debería llamarse El diario de un peatón otra vez o algo así.
Ya en el otro camión, ella me pidió mi boletito. Yo no dudé en entregárselo y le di, además, el bonchesote que guardaba en mi mariconera. Y pos una cosa llevó a la otra, digamos eso. Sin tener que temer por mi libertad, snif. Condenada escuincla nacida en los noventas.
Nadie lo sabe, pero tenía mucho tiempo sin conocer a alguien así. No como ella, sino en mi modus operandi jejeje.
2 comenterios:
mta.. nunca me enamoré en el camión... no he vivido...
Era Tu modus operandi.. o el de ella??
Saludos.
Pues el mío... espero el beneficio de la duda.
Publicar un comentario