Era un octubre de cuyo año no quiero acordarme. Entonces era un viernes y estaba en la secundaria. Todos estaban en taller y era en esos momentos en los que mágicamente me dejaba de hablar con Vero. Entonces ella llegó conmigo (a mi taller) y me preguntó que por qué no le hablaba. Yo nunca tuve motivos. Así que para evitarme la molestia de tenerle que mentir, le dije que me acompañara a un lugar especial y la llevé a la cooperativa, le compré una paleta y me fui.
Luego iba de regreso y decidí saludar al Jairo. Fui a su taller y el Frankie Carbone andaba por ahí dibujando tuerquitas y la chingada. Se veían muy emocionados en su taller de dibujo industrial (lleaaaaa!) y era cuando me di cuenta que a un par de chicas del H se le veían los calzones, así que decidí llamar a mi amiguito para notificarle mi descubrimiento. La escena fue así.
Fisho- Jairo!
Jairo- Nomames, no estás viendo que desempeño mi actividad predilecta? Dibujar tornillitos, tuerquitas y martillitos?
F- Sí, amigo, pero tengo algo qué decirte.
J- Más vale que sea importante, porque no abandono mi felicidad por cualquier tontería.
Jairo se acerca temeroso. Con sigilo, volteando para atrás como quien protege un tesoro a la distancia. Y cuando me doy cuenta, decidí que lo mejor iba a ser guardarme ese secreto para mí, como cuando a Lizette se le veían los calzones y yo muy educado le decía que cerrara las piernas (y entonces era abuchado). Llegó Jairo y tenía una cara de expectación, como si le pudiera revelar algún secreto que pudiera elevar su técnica dibujadora de tornillos (!). Pero no, en lugar de eso permanecí en silencio; ya no tenía nada qué decir.
Así que pensé rápido (como suelo hacer, ágil como pantera), levanté mi mirada hacia Vicky y crucé los brazos. La impaciencia se hizo notar.
J- Qué pedo wey? Qué es tan importante como para...
Extiendo un brazo dejando el otro apoyándose en mi axila y exalo como si tuviera que darle una desafortunada noticia.
F- Vicky tiene pito, verdad?
Y entonces Jairo rió cual hiena. Y de alguna forma el chisme se regó como pólvora, a tal grado de estar esperando el camión y escuchar en conversaciones ajenas "sí sabías que Vicky tiene pito?" Risas y bromas que no les correspondían. El colmo llegó cuando quisieron platicarme mi propio chiste y no pude fingir reír.
El tiempo pasó y en la prepa Vicky se acercó y me dijo algo que nunca voy a olvidar;
"Tú fuiste el que dijo que tenía pito, ¿verdad?"
La moraleja es: Si vas a decir algo de lo que podrías arrepentirte, hazlo porque podrías no lamentarlo :D
Del otro lado 7
-
Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años
1 comenterios:
Me quedo con tu moraleja!
Publicar un comentario