Voy tarde al trabajo. Casi siempre voy tarde. A casi todos lados, casi con todos. Es tarde y más de media hora. Espero el tren que empuja con ira al que no alcanzé y que por supuesto que maldije. Va tarde, vamos muchos.
Al principio no iba mal, porque no alcanzé lugar más que en el vagón de las señoritas. Iba rodeado de pura nena con cara de confusión. Claro, venía un garrote entre pura chiquilla. Algunas guapas, otras no tanto. Era un paraíso de la linea 1, malabareando la tentación de perderlo todo.
Unidad Deportiva. Entra un caballero e invade la atención de las chicas, a decir verdad era un don que se veía aún más gañán que yo, así que no pude evitar sentir algo de envidia mientras nos aproximábamos a la cuna de miss tren ligero 2008: Santa Filomena. Y cumplió con las exigencias a las que la somete su nombre.
Era un portento de chica, pequeña, portátil. Portaba, también, unos shorts de esos que abundan en esta temporada. Cerca, muy cerca. Esos shorts pegan en primavera, pensaba. Mientras ella acercaba sus nalguitas ante la premura del espacio. Yo no tenía más opción que arrimarle el camarón o que el caballero de Unidad Deportiva me lo acercara. Pues estaremos en cuaresma, santa filomena. Y pega la primavera.
Me pegó a la altura del túnel que nos exhibe como peatones fenómenos. Y ya para llegar a la siguiente estación, le empezó a pegar mi primavera y mejor me bajé en washington. Lo bueno es que luego, en el otro tren, venían puras bigotonas.
Del otro lado 7
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Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años
1 comenterios:
Jajajaja no ammes fisho.
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