Collage de fusiles
El precio de la MarquesaDe una anécdota de George Bernard Shaw, que si no lo conocen igual da, porque yo tampoco lo conozco.
No se sientan inferiores. En fin.
(...) estaba George cenando con una marquesa, en una cena de la alta sociedad victoriana, y le preguntó: “Milady –estaban haciendo bromas de sociedad- , ¿se acostaría usted con alguien por diez millones de dólares?”, y milady contestó: “Por diez millones de dólares me lo pensaría seriamente.” Entonces Bernard Shaw añadió en el acto: “Le doy dos dólares.” La marquesa, escandalizada, gritó: “¡Por quién me toma!”, y Bernard Shaw sentenció: “Eso ya ha quedado claro. Ahora vamos a discutir el precio.”
Medidas desesperadas para situaciones desesperadas, ja.
(Parte de) La historia de Ruido(...) El desenlace es que mi pobre ex suegro sólo salió una vez en el periódico. Había empezado a correr y a nadar en la playa y se sentía feliz. Había resucitado y superado el problema del divorcio, y una mañana apareció como un cadáver no identificado en la playa. Se ahogó. Y luego pasaron cosas muy divertidas que te voy a contar. Fuimos al entierro y entonces la familia estaba dividida, porque unos querían enterrarlo y otros, incinerarlo, y él no había dejado muy claro lo que quería. El caso es que se hizo ¡mitad y mitad! ¿Que si enterraron la mitad inferior o la superior? Es una muy buena pregunta, pero lo único que sé es que se enterró la mitad. (...)
Todos los finales, son el mismo repetido.AparentementeEstoy seguro que fue a la primer fiesta a la que dejaron salir a dos de mis más añejos amigos. Si no me equivoco, habríamos de tener 13 años. Ya peludos. Era en casa de Tania Morales (quien actualmente juega con la selección femenil de futbol), entonces amiga de todos nosotros. Esa noche ocurrió mucho, tal vez porque había alcohol y había una chica cuyo nombre no quiero recordar, pero le decían "La Poke". En fin, ella tenía una prima y, a falta de experiencia sexual, hubo un ensayo de orchata pero de fajes. Nada para recordar. En fin. Pedro, quien actualmente fusila a Andy Warhol para el tec, tenía una novia que se llamaba mimí. Ese mismo día cortaron y yo estaba afuera tomándome, creo, una cerveza. Y en eso Mimí llegó conmigo y me agarró una nalga. Yo aproveché y, con un permiso no otorgado por mi amigo Pedro, quien recién había perdido derecho de decirme qué hacer y qué no con Mimí, fajamos. Y en fin, como les digo, nada para recordar. Luego llegaron los policías porque estábamos afuera de la casa y nos encontraron en una situación poco moral, no tanto y, con eso digo la verdad, nada para exagerar. Ante la mirada perpleja de los polecías y una chillante luz sobre nosotros, que hábilmente nos habíamos alejado una distancia prudente, sólo recuerdo: "no estamos borrachos y esto no es lo que parece".
En búsqueda de la respuesta precisaEn SKN, donde trabajé, compartía labores con Abraham Lara, a quien aprecio y recién me adeuda unos tarros de chela. Él, dicho sea de paso, comparte ese pedazo ínfimo de moralidad tapatía.. je. No aborto, no homosexuales, no colorantes artificiales. En fin. A él le debo la respuesta que abre todas las puertas:
Qué tienes contra los putos, pregunté. No te hacen nada. No sé, me dijo, me cagan, es una aberración. Me dan asco. Pero no te hacen nada.
Sí, contestó, pero no es natural, dos hombres... ¿Y si fueran mujeres? Ah... pues.. no, no, tampoco está bien. ¿Y si fuera tu hijo? ¿Si fuera joto? No, mi hijo no podría ser gay. ¿Y si fuera tu hija? ¿Si fuera lesbiana? Ah, pues no habría tanto problema. Entonces -buscando una respuesta forzada, un esbozo de tolerancia, tal vez- le pregunté ¿Y si tu hijo fuera joto y tu hija prostituta, a cuál querrías más?
No lo meditó mucho y me dijo lo que a la postre sería el acabose del ataque hostil de preguntas (que generalmente Juan Manuel me hace y le respondo lo que Abraham me enseñó). Abraham interrumpió todo lo que hacía y me dirigió una mirada de esas de las que sólo esperas la muerte y me dijo: "mi Fish, ¿Qué quieres que te responda?".
Al tiro