no quiero poner título, te chingas

Eres de las pocas personas que se conmueven con mi frágil juramento. Yo juro por todo, te juro que va a llover. Yo no fui, lo juro. A muchos les parecía risible o tal vez era porque nunca le di la verdadera dimensión a una palabra de cuatro letras, como hay tantas más, que se dicen como si se pudiera repartir en inagotable existencia.

Pero bien decía mi abuelita (y si no lo dijo, alguna abuela lo habrá dicho) todo por servir se acaba, y más pronto cae un hablador que un monopatín.

Lo digo porque creo que las cosas si se dicen con carencia de tacto terminan por perder todo sentido o la fuerza que suponen. Cuando oyes a alguien que juega con toda palabra digna del desequilibrio de la moralidad ultra radical derechista extremista opusdeísta provida arrobapuntocom y dice te lo juro que me quiero morir, otros que dicen me voy a dar un balazo, cosas tan banales hoy en día que ya no hacen temblar a nadie. Uso esto para abandonar toda culpa, como esperando alguna redención o ya de perdis otra oportunidad para decir algo que muchos han dicho o que, por lo que les digo, el tiempo le ha robado fuerza.

Y no se trata de oportunidades sino con cuánto corazón lo dice uno. No sé, yo quería decir que yo te juro que creo en que todo es verdad. Muy naif, muy naif, pero así siempre he sido. Te lo juro por tus ojos verdes como aceitunas que robaban la luz de la luna de miel en un cuarto de hotel, dulce hotel.

Te lo juro con todo el corazón.


edit:
bueno, activé los comentarios