Lo he dicho ya en alguna ocasión en este churro de blog: a veces las cosas ocurren de una manera en las que uno pierde el control.*
He revisado qué pasó y qué dejó de ocurrir. Como ya es costumbre uno desestima su propia autoría en su realidad y termina por convertirse en su propio asesino. Uno busca su suerte, por más monedas que se tiren. Así que las cosas no van como uno realmente busca.
Las cosas no siempre salen mal aunque así parezca. Sé de casos en que la suerte cambia de una forma súbita pero previamente anunciado. Como si se tratara de un camino que uno ya sabe a dónde irá a parar. Así que ésta vez ocurrió otra vez. Yo ya no esperaba nada y ocurre la magia. A veces pongo un circo y me crecen los enanos. Pero a veces no.
Hoy fue un buen día en términos generales. Reí como hace mucho y me alegré de que existiera el absurdo, lo inoportuno, lo accidental y lo casual. Evitar subestimarse eventualmente provocará conocerse más mejor. Deja que la vida siga, nuestros mundos son cachitos de papel.
*No lo dije yo, fue Alexander Mahone.
Del otro lado 7
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Edgar no quería ser como su papá que la mayor parte del día y de la noche
se la pasaba en la calle, apostando en el frontón y los billares o
financiando ...
Hace 9 años
1 comenterios:
fue a propósito, no quiero reprimendas sintáxicas.
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