Al final te encuentras solo. Podrán ayudarte, pero el que decide prender la luz o encender un cigarro eres tú. Luego bendices lo que tienes y que no puedes estar peor. Luego lo estás y así sucesivamente. Todo comienza a perder forma.
Hay situaciones que se escapan de mis manos y que me merecen responsabilidad. Entonces perder el control de situaciones aparentemente rutinarias, termina por convertirse en un dolor de cabeza diario. Luego te encuentras lejos de donde creciste y -lo peor- a cien años luz de donde pensabas terminar tu vida. Hoy me duele la cabeza y no le veo razón para abrir los ojos. Hoy creí haberlo visto todo.
Nada más alejado de la verdad. Nunca vi el pánico en las manos de alguien que no sabe qué hacer con el calor desbordado de su cuerpo, nunca vi la sorpresa en ojos de quien no quiere ver. Aparentemente la desolación produce escenarios que nunca terminarán por asombrarte. Y a la gente no parece importarle, al final estás tú solo. A la mitad de una calle, en el centro de un café o viendo la ciudad por la ventana de un taxi. La soledad te es tan ajena como el muerto que encierras; lo cultivas, lo muerdes, lo atas y al final se convierte en tu sombra.
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Del otro Lado 8
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Trujillo, como parte del comitote estudiantil de la secundaria, era el
encargado de coordinarse con el maestro de educación física, El Botas, a
quien le de...
Hace 7 años
1 comenterios:
efectivamente
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